Cuando alguien sufre una lesión de menisco, lo primero que suele pensar es: “me toca pasar por quirófano”. Pero la realidad es que no todas las roturas de menisco necesitan cirugía, y en muchos casos, la fisioterapia puede ser el mejor tratamiento.
En este post te contamos qué tipos de lesiones de menisco existen, cuándo se recomienda operar y cuándo no, y cómo te puede ayudar la fisioterapia a evitar la cirugía.
✅ ¿Qué es el menisco y por qué se lesiona?
El menisco es un cartílago en forma de “C” que está dentro de la rodilla. Su función es amortiguar el impacto entre los huesos y dar estabilidad a la articulación.
Las lesiones de menisco suelen ocurrir por:
• Giros bruscos o torceduras.
• Caídas o traumatismos.
• Desgaste por el paso del tiempo (lesiones degenerativas).
✅ ¿Qué síntomas provoca una lesión de menisco?
• Dolor en la rodilla (interno o externo).
• Inflamación.
• Sensación de bloqueo o chasquido.
• Dificultad para doblar o estirar la pierna.
• Inestabilidad al caminar.
✅ ¿Hay que operarse siempre?
No. De hecho, en la mayoría de los casos la cirugía no es necesaria, sobre todo si:
• La rodilla no se bloquea.
• El dolor mejora con el tiempo.
• La lesión es leve o degenerativa.
• El paciente puede caminar y moverse con normalidad.
Es clave hacer un buen diagnóstico para decidir el mejor tratamiento. Una exploración por parte del fisioterapeuta, y en algunos casos una resonancia, ayudarán a saber el tipo de lesión y si es tratable sin cirugía.
✅ ¿Qué hace la fisioterapia en estos casos?
Con un tratamiento personalizado, el objetivo será:
• Disminuir el dolor e inflamación.
• Recuperar la movilidad de la rodilla.
• Fortalecer la musculatura (cuádriceps, glúteos…).
• Mejorar la estabilidad y el equilibrio.
• Volver a caminar, correr o hacer deporte sin miedo.
Además, si finalmente se requiere cirugía, la fisioterapia pre y postoperatoria es fundamental para una buena recuperación.
✅ ¿Cuándo sí se recomienda cirugía?
• Si la rodilla se bloquea y no se puede mover.
• Si el dolor es muy intenso y no mejora.
• Si hay una rotura compleja que no cicatriza.
• Si el paciente necesita volver a entrenar de forma intensa y rápida.
Aun así, cada caso es único y debe valorarse de forma individual.
💬 En conclusión:
No todas las lesiones de menisco acaban en el quirófano.
Un buen diagnóstico, un tratamiento fisioterapéutico adecuado y el seguimiento profesional pueden evitar una operación y ayudarte a recuperar la rodilla de forma natural, segura y efectiva.
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